Sophia es sabiduría en griego. ¿De qué modo esta casa hace honor a su nombre?

Llevamos 27 años construyendo y, a lo largo de este tiempo, hemos ido aprendiendo mucho, de bioconstrucción, de medio ambiente en general y, en los últimos años, de passivhaus. Este aprendizaje se ha plasmado en Casa Sophia. En ella confluye una suma de innovaciones que cubren diversos aspectos arquitectónicos, pero quizás donde más hemos incidido es en conseguir una casa saludable, con la selección y uso de una serie de materiales que, por sus características intrínsecas, no dañan la salud.

Cuando se trata de salud es importante señalar el tema la calidad del aire…

Efectivamente, en relación con este tema hemos optado por el uso de la placa diamant Cleaneo C de Knauf. Nos parece fundamental haberla incorporado a Casa Sophia ya que creo que va a ayudar mucho a mejorar la calidad del aire interior debido a su capacidad de absorber formaldehídos, que son bastante nocivos. Además, esta placa es más resistente, aporta mayor aislamiento acústico y tiene una capacidad de carga superior. Por todo esto, podemos afirmar que posee unas cualidades excepcionales.

Otra cuestión central cuando en las casas saludables, y muchas veces negligida, es la ubicación de una edificiación en un lugar determinado en relación con los campos electromagnéticos naturales.

Es cierto. En Casa Sophia los hemos tenido en cuenta y hemos hecho un estudio previo de lineas Hartmann y Curry, así como de corrientes de agua subterránea. Estas lineas de por sí no son perjudiciales pero, si una persona permanece mucho tiempo en el punto preciso donde se cruzan unas con otras, tiene muchas posibilidades de enfermar. Los campos artificiales también se han minimizado en el cableado y en otros elementos como el Wifi. Hemos domotizado el 100% de los enchufes de forma que, por ejemplo, de noche en las habitaciones se desconecta la corriente.

En la web se habla de Casa Sophia como showroom

Aquí tenemos nuestras oficinas centrales y es un showroom porque cualquier persona que venga a visitarnos puede ver in situ como hemos resuelto numerosas cuestiones arquitectónicas y observar de forma directa estas soluciones. De hecho, queríamos que tuviera esta finalidad.

La casa es además un laboratorio. Está convenientemente monitorizada de manera que se recogen constantemente datos en tiempo real y ello nos permite demostrar muchas cosas. Por ejemplo, algo que muchos todavía no creen: cómo se puede vivir sin apenas calefacción en la sierra de Madrid.  Y también es una residencia ya que, junto con mi mujer y socia, Raquel, vamos a estar viviendo un año aquí para que los datos que se recojan correspondan al uso real de la vida cotidiana.

¿Nos puedes hacer una breve descripción de la casa?

Se trata de una vivienda de 260 metros cuadrados construidos y se compone de dos plantas, con 5 habitaciones, 4 cuartos de baño, un salón-cocina y un cuarto técnico. Cabe distinguir en la casa, un cuerpo central que contiene los elementos que he mencionado y luego una minicasa añadida en el lateral derecho, que está conectada al cuerpo principal, pero que podría funcionar perfectamente como vivienda independiente de 50 metros cuadrados. En esta minicasa un cliente que nos visite puede ver que es posible adquirir una vivienda más asequible, pero que mantenga los mismos estándares que la más grande.

¿Cómo se ha desarrollado el proceso de construcción?

Ha sido un proceso industrializado y se ha ensamblado en el lugar. Durante 24 años hemos estado trayendo la madera procesada desde Finlandia, pero hace 3 años invertimos en tecnología propia totalmente robotizada,  de manera que ahora ya la procesamos nosotros y la llevamos hasta la obra por tramos de paredes que vamos ensamblando hasta componer la vivienda. Luego, naturalmente, con empresas de confianza completamos todos los elementos restantes de la casa. La madera sigue viniendo de fuera, pero de Austria, que, al estar más cerca que Finlandia, nos ha permitido reducir nuestra huella de carbono. Casa Sophia se ha levantado en 7 meses.

¿Por qué apostáis por la madera? ¿Y qué aporta la madera a este proyecto en concreto?

Porque es el material de construcción más sostenible, siempre y cuando venga de bosques de explotación sostenible, y por lo que aporta en salud y en eficiencia energética. En Casa Sophia la madera todavía tiene más sentido porque en breve esperamos recibir el reconocimiento como “construcción más sostenible de Europa” gracias a la obtención de varios sellos, entre ellos el sello verde que otorga el GBCe con la máxima calificación, que son las 5 hojas, y la máxima puntuación conseguida hasta el día de hoy.

¿Cómo se logra un reconocimiento así?

Consiguiendo una vivienda que no contamina, que reutiliza las agua, y que está hecha con la gran mayoría de materiales naturales o 100% reciclados, y que, además, tiene un balance energético positivo. También hemos reciclado todos los residuos producidos durante la construcción, empezando por las tierras, que las hemos cedido al vecino de al lado. El quid de la cuestión, en cuanto a este reconocimiento, está en que Casa Sophia lo cumple todo a la vez.

Oímos a menudo como se utilizan indistintamente términos como biopasiva o passivhaus. ¿Puedes ayudarnos a precisar las diferencias?

Biopasiva es un término creado por nosotros, e incluso lo tenemos registrado hace 8 años, pero es verdad que su uso se ha extendido. Yo lo he oído incluso en un noticiario de televisión. Siempre hemos hecho casas sostenibles, pero en un momento determinado nos dimos cuenta de que hacíamos algo más que casas pasivas, porque las casas pasivas no contemplan que los materiales sean naturales o recicla

bles, se centran en la energía. Entonces fusionamos la parte de bioconstrucción, que sí tienen en cuenta estos aspectos, con la parte energética, y de ahí el concepto de biopasiva.

¿Cómo se ha tratado la cuestión energética en Casa Sophia?

La casa está certificada con passivhaus premium, que indica que el 100% de la demanda de energía primaria tiene que estar cubierta por energía renovable, en concreto con la fotovoltaica.

Además, para reducir esa demanda, hemos utilizado un buen aislamiento y ventanas de triple vidrio con gas argón en la cámaras. Con esta misma finalidad, hemos construido lo que llamamos una chimenea solar. Funciona del siguiente modo: como el aire caliente tiende a subir, unos sensores lo detectan y permiten que ese calor salga al exterior. Y en verano nos sirve para refrigerar, haciendo una ventilación cruzada natural junto con otras ventanas de la vivienda.

No hay que olvidar, y esto es muy importante, que todos los electrodomésticos de la vivienda tienen el máximo nivel de eficiencia energética.

¿Y los aislamientos?

Hemos usado aislamientos de Knauf insulation en toda la casa, porque contienen elementos reciclados y libre de formaldehídos. Teníamos muy claro que queríamos trabajar con Knauf porque es empresa que piensa, como la nuestra, en términos sostenibilidad. No es fácil encontrar fabricantes que se impliquen de esta manera en esta cuestión.

¿Qué función cumple la domótica en Casa Sophia?

Contribuye también en gran medida a la reducción del consumo energético a través de la gestión eficiente de la información recogida por los sensores.

¿El sector de la construcción es conservador?

Sí, en general muchísimo. Pero la renovación generacional traerá un cambio, sin duda. Ya se está empezando a notar en algunas empresas y pienso que irá a más en los próximos años.

¿Crees que la sabiduría que se ha vertido en este proyecto sería trasladable a otras escalas y otra tipologías de vivienda?

Es totalmente trasladable a cualquier tipo de construcción: residencial, oficinas, comercial. Se tiende a pensar que tener en cuenta los aspectos biopasivos solo es posible en viviendas unifamiliares, pero no es así.