El 9 de junio se desarrolló en Barcelona el VI Congreso de Arquitectura y Salud, organizado por AuS-Arquitectura y Sostenibilidad, BAM (Bioarquitectura Mediterránea) GEA y el COAC (Colegio de Arquitectos de Cataluña). Últimamente el concepto de arquitectura y salud ha tenido un auge ya que existe una mayor conciencia sobre el confort y un habitat saludable. En este sentido KNAUF, comprometida en la innovación de sistemas de construcción que incidan de forma directa la salud y la mejora de la calidad de vida de las personas, se involucró en la jornada como patrocinador y procursor de soluciones integrales para la construcción.
La jornada se estructuró en dos sesiones: una de mañana, celebrada en la sede del COAC, y una de tarde, que tuvo lugar en la Academia de Ciencias Médicas de Cataluña y Baleares. Los particiantes se encontraron físicamente en ambas localizaciones mientras que los asistentes pudieron seguir el congreso en streaming.
La sesión de mañana se centró en cómo lograr edificios más sostenibles, saludables e integradores. Los dos primeros ponentes respondieron a este reto desde una perspectiva amplia (la ciudad, el urbanismo) y desde una perspectiva focalizada en una tipología funcional específica de inmuebles.
Cambiar el modelo de ciudad
El arquitecto Vicente Guallart sostuvo que hay que desarrollar un nuevo modelo de ciudad cuyas características deben ser: la descentralización (los servicios básicos deben estar al alcance de todos a 15 minutos de distancia); la renaturalización (que implica extener el verde a todo el tejido urbano más allá de los parques tradicionales; y la reconquista del espacio urbano para los viandantes.
Guallart defendió que el nuevo modelo urbano debe poner a la persona en el centro y aseguró que la función más importante de las ciudades debe ser “fomentar la vida”. Su reciente proyecto para un nuevo centro urbano en Shenzen (China), ganador de un concurso internacional sigue estos parámetros.
Para Vicente Guallart cada 50 años se produce un punto de inflexión en la concepción del urbanismo y 2020 marca uno de estos momentos. En su opinión uno de los mayores obstáculos para este nuevo modelo es la rigidez de las normativas que tienden a frenar el cambio.
Neurología y neuropsicología ayudan a la arquitectura
Berta Brusilovsky, arquitecta, urbanista, y experta en accesibilidad universal y cognitiva mostró su trayectoria basada en el estudio profundo de la neurología de la conducta y de la neuropsicología. En su opinión, es imposible diseñar correctamente los espacios si previamente no se conocen a fondo las funciones básicas del organismo y sus problemas asociados.
Brusilovsky ha aplicado este método al Centro Retiro y el centro de día Gertrudis de la Fuente, en Madrid. Básicamente su intervención ha ido orientada a que espacio sea comprensible y accesible para todos «. Este todos incluye los llamados «normatípicos» y las personas con diferente grado de dificultad para moverse y orientarse, ya sea por razón del envejecimiento o por un deterioro cognitivo.
Este cometido implica un tratamiento muy meditado de la luz, el aire, el cromatismo, los itinerarios, y otros elementos con el objetivo de facilitar y ayudar a las personas a orientarse, sin olvidar aspectos tan importantes como los ritmos circadianos o la necesidad de estímulos visuales.
A pesar de la diferente escala de sus visiones, ambos convinieron en el peso excesivo del greenwashing, y criticaron la opción dominante basada en una arquitectura “demasiado acomodaticia” que deja a la persona “fuera de los planes”.
Proyectos que abren camino
De algún modo, este diagnóstico fue matizado por la mesa redonda que vino a continuación ya que todos sus participantes aportaron proyectos que de ningún modo podrían definirse como acomodaticios.
El centro de día Meliana (Valencia) fue presentado por Ramon Torrents, arquitecto del Estudio PSP y es un ejemplo de búsqueda del bienestar de sus usuarios con la creación de espacios abiertos y con una muy buena relación con su entorno.
El proyecto de covivienda cooperativa Cirerers en el barrio de Roquetes (Barcelona) puede considerarse saludable desde tres perspectivas: por el hecho de crear comunidad (incorpora huertos, biblioteca y espacios de convivencia); por la forma en que encaja en su contexto urbano; y por el uso de un material sostenible como la madera. En esta edificación también se ha apostado por los estándares passivhaus. Fue presentado por el arquitecto Diego Carrillo de Celobert.
Oriol Rosselló, arquitecto del Estudio Bangolo, es el artífice de la rehabilitación de Can Buch, una finca que incluye una masía del siglo XVII y sus anexos. La característica más notable de este trabajo es que se ha basado en los materiales tradicionales (paja, madera, piedra) y de km0, con una interlocución muy estrecha con el cliente, y con la introducción de soluciones bioclimáticas.
Ricard Santamaria, director de H.A.U.S, presentó un edificio de oficinas en construcción en Sant Cugat del Vallès. Bautizado como slow building Barcelona, incorpora soluciones para disminuir la demanda energética al mínimo y recuperar las aguas grises y las de lluvia. Destaca también por haber tenido en cuenta el confort acústico y lumínico, los campos y ondas eléctricas y electromagnéticas, y la calidad del aire interior.
Finalmente, Mariona Genís, doctora arquitecta de GREDITS y David Lladó arquitecto de DAC, glosaron un documento de directrices para que la arquitectura escolar mejore el bienestar y la salud de las comunidades escolares en sintonía con las necesidades de la pedagogía contemporánea.
Aire interior: el gran desconocido
Cuando abordan la cuestión de la salud en las ciudades los mainstream media suelen focalizarse casi por completo en el aire exterior. Sin embargo, tal como demostró en su intervención el experto en contaminación del CSIC, Xavier Querol, el aire interior es muy relevante para la salud pública porque es el espacio donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo.
Intuitivamente muchas personas llegan a la conclusión de “estar a salvo” en ambientes cerrados. Pero esto no es así, en primer lugar porque el aire interior está conectado con el exterior y en segundo lugar porque posee sus propias emisiones contaminantes. Y no son pocas. Xavier Querol citó algunas de ellas: tabaco, virus, ácaros, bacterias, hongos, radón, COV, emisiones procedentes de pinturas barnices, textiles, muebles y materiales de construcción, ambientadores y detergentes, cocinas y calefacciones debido las combustiones, entre otros.
La ventilación es muy importante para mejorar la calidad del aire interior, pero siempre teniendo en cuenta en qué contexto se halla el edificio. Conseguir esta mejora es también tarea previa de arquitectos e ingenieros seleccionando adecuadamente los materiales de construcción y diseñando una buena extracción de aire.
Luchar contra la contaminación sin tópicos
El arquitecto Pablo Martínez, presentó un documento fruto de la investigación sobre la calidad del aire en Barcelona y su área metropolitana.
La tesis de Pablo Martínez se basa en dos puntos fundamentales, Primero, en la necesidad de medir más y mejor el objeto de estudio (la ciudad y su entorno) para tener una imagen real de lo que está sucediendo y, en segundo lugar, la evidencia de que el problema fundamental de la calidad del aire en Barcelona tiene más ver con la organización territorial que con los vehículos (sin menospreciar obviamente los problemas que causan).
Sobre este último punto, la explicación es que el municipio Barcelona ejerce un poder de atracción tan grande sobre el área metropolitana –e incluso sobre el resto de Cataluña- que hace inevitable la absorción de ingentes cantidades de vehículos.
A partir de aquí Pablo Martínez, enumeró diversas soluciones para mejorar la calidad del aire teniendo en cuenta que la estructura territorial no cambiará ni a corto ni a medio plazo. A pesar de ello es posible emprender algunas acciones como reducir la densidad de la ciudad, crear más verde urbano y reducir el tráfico entre un 30% y un 40%.
Salud y multidisciplinariedad
El VI Congreso de Arquitectura y salud terminó con una mesa redonda en la que puso de relieve que la mejor manera de abordar la cuestión de la salud ambiental es con un enfoque transversal y multidisciplinar.
Juan Trias de Bes, arquitecto del estudio TDB, defendió que la transversalidad es absolutamente natural ya que la misma ciudad es el fruto de la intervención de una gran variedad de oficios y disciplinas a lo largo de la historia. En su opinión, «el hecho de que los arquitectos se preocupen por la salud les abre nuevas vías y los acerca a los usuarios.
Un ejemplo concreto de transversalidad es el Plan Interdepartamental y Intersectoral. Responde a la necesidad de integrar la salud en los currículums académicos. Lo explicaron Rosa Álvarez, profesora-investigadora de la Escuela Universitaria de Terapia Ocupacional de Terrassa y Alba Rosselló, enfermera del Instituto Catalán de la Salud y profesora de la Universidad de Barcelona.
La cuestión de la salud en la arquitectura avanza de forma lenta pero segura y prueba de ello es que está institucionalizando. Así lo demostró Carmen Ruiz, doctora en medicina, con su presentación de de la Sociedad Catalana de Salud Ambiental, creada el año pasado.
Finalmente, Carolyn Daher, especialista en salud pública y por Carlota Saenz, doctora arquitecta, ambas investigadoras de IS Global, presentaron el proyecto HABITAS-Vivienda y Salud en tiempos de pandemia. Su objetivo es aportar evidencia científica sobre la relación entre la vivienda y la salud de las personas a partir de un estudio realizado en viviendas reales en la ciudad de Barcelona
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